La flamante Ley asume la mayoría de los contenidos del Real Decreto-Ley 3/2012, de 10 de febrero, pero a su vez incorpora importantes novedades.
El fin de la Ley, según su preámbulo, es doble.
Por un lado se pretende obtener una flexibilidad en la gestión de los recursos humanos de la empresa por parte de los empresarios. Por otro, se pretende también dar una seguridad en el empleo dentro de un novel de protección social adecuado para los trabajadores. La Ley se estructura en cinco capítulos, siendo las cuestiones que respectivamente aboradan, las que sintetizamos en este boletín.
En el Capítulo I se comprende las medidas para favorecer la empleabilidad de los trabajadores.
En el Capítulo II se recogen las normas relativas al fomento de la contratación indefinida y otras medidas para favorecer la creación de empleo.
En el Capítulo III se recogen medidas para favorecer la flexibilidad interna en las empresas como alternativa a la destrucción de empleo.
En el Capítulo IV se establecen las medidas para favorecer la eficacia del mercado de trabajo y reducir la dualidad laboral.
En el Capítulo V se modifica la legislación reguladora de la jurisdicción social, siguiendo una serie de importantes disposiciones adicionales y finales.